Artúculo publicado en Dzoom el 06-05-2022:
Si te apasiona la fotografía nocturna de estrellas, algo en lo que coincidirás conmigo y con la totalidad de los aficionados a este tipo de fotografía es que odiamos a muerte la contaminación lumínica. Es un gran problema que nos impide ver y captar la belleza del cielo nocturno, y sería maravilloso poder eliminarla con una varita mágica o… ¿con un filtro?
¿Qué hay de cierto en esos filtros que prometen reducir la contaminación lumínica de nuestras tomas? La marca Haida nos ha prestado uno para poder analizarlo y contaros de primera mano para qué sirven realmente estos filtros anti-contaminación lumínica. Vamos a ver de una vez por todas qué nos pueden ofrecer y qué no. ¿Quieres descubrirlo?
¿Qué Es la Contaminación Lumínica?
Ya te contamos en profundidad qué es la contaminación lumínica y cómo afecta a nuestras fotografías nocturnas en nuestro artículo: «Descubre Cómo Evitar la Contaminación Lumínica en tus Fotografías Nocturnas«.
La contaminación lumínica de las ciudades se «come» las estrellas del cielo nocturno y no nos permite fotografiarlas (ni tampoco verlas). Cerca de una ciudad lo único que captaremos serán 4 puntitos en el cielo y un resplandor amarillento.
Está claro que si nuestra intención es fotografiar las estrellas, hay que huir de la contaminación lumínica. ¿Pero cuánto hay que alejarse de ella? Todo dependerá de las características del foco de población y de sus luces, así que lo más sencillo es consultar la web o app de Light Pollution Map para descubrir qué zonas cercanas a nuestra ubicación tienen un mejor cielo.
Y no solo eso. Piensa que cuando fotografías el cielo nocturno, estás disparando a distancia hacia una dirección concreta. Así que no solo será importante mirar la contaminación lumínica que hay en el lugar en donde disparas sino también en la dirección hacia la que disparas. App’s como Photopills, Stellarium o Sky Safari te ayudarán a situarte sobre el mapa y ver la situación de la vía láctea o las estrellas a una hora y día concretos, para planificar perfectamente tu toma y saber desde dónde será mejor dispararla.
Aun así, muchas veces va a ser inevitable toparnos con bastante contaminación lumínica, sobre todo si vivimos en una zona bastante poblada o en una gran ciudad. En estos casos siempre nos preguntamos: ¿sirven para algo los filtros anti-contaminación lumínica? ¡En este artículo vamos a resolver todas tus dudas!
Filtros Anti-Contaminación Lumínica: ¿Cómo Son?
Las luces de la ciudad emiten ciertas longitudes de onda hacia el cielo que nos impiden captar las estrellas. Los filtros de contaminación lumínica están compuestos por un cristal óptico que absorbe la luz de las lámparas de vapor de sodio, por lo que nos ayudan a reducir la contaminación lumínica que capta nuestra cámara.
Eso sí, con el cambio a luz LED de muchas ciudades, hay que matizar que en estos casos los filtros tendrán menos efectividad, ya que están preparados para absorber la luz típica amarillenta de las ciudades, no la luz led blanca.
Al igual que muchos otros tipos de filtros, puedes encontrarlos en formato redondo y cuadrado. Recuerda, eso sí, que cuando compres un filtro redondo será recomendable comprarlo del diámetro mayor si quieres usarlo con varios objetivos, para poder acoplarlo a los objetivos de diámetros más pequeños con unos anillos adaptadores.
Ahora que ya conocemos las características de este filtro tan especial, viene la parte más importante: ¡vamos a ponerlo a prueba! La marca Haida nos ha prestado su filtro anti-contaminación lumínica, el Filtro Haida NanoPRO MC Clear-Night para poder probarlo y sacar nuestras propias conclusiones.
Es un filtro redondo de 77 mm. de diámetro, que es el diámetro de mi objetivo gran angular (un Tokina 11-16 mm.). Y algo que me ha encantado: tiene un sistema de acople magnético. Es decir, incluye un anillo adaptador magnético que enroscamos en nuestro objetivo y sobre el que podemos dejar caer el filtro imantado para que se ajuste de forma instantánea y totalmente segura. Me ha venido genial para poder quitar y poner el filtro de forma sencilla y rápida, para probarlo.
Además, es un filtro «nano», lo que significa que es lo más delgado posible para evitar provocar viñeteo, sobre todo cuando lo usamos en objetivos gran angular. El viñeteo se produce porque los objetivos con una distancia focal tan amplia alcanzan a captar los bordes del filtro si es demasiado grueso, por eso estos filtros ultra-delgados son ideales para trabajar con distancias focales tan cortas.
Pero bueno, dejémonos de cháchara y pasemos a la acción, ¿no? ¿Te interesa ver lo que descubrimos sobre este increíble filtro?
Caso Práctico: Vía Láctea Contaminada
Algo que siempre me he preguntado es si un filtro anti-contaminación lumínica me ayudaría a poder fotografiar las estrellas cerca de mi casa. Yo vivo en un pueblo de unos 8.000 habitantes, pero a 20 km. de una gran ciudad. Esto significa que aunque me aleje un poco del pueblo para hacer fotografía nocturna, hay bastante contaminación lumínica en el ambiente. ¿Conseguirá este filtro reducirla un poco?
Para ponerlo a prueba he venido a un lago cercano a tratar de fotografiar la vía láctea. Es una zona cercana al pueblo y con viviendas alrededor, por lo que es un paisaje con bastante contaminación lumínica.
Cuando disparamos una primera fotografía sin filtro se puede apreciar perfectamente que la contaminación es significativa.
Vemos que se puede adivinar la forma de la vía láctea pero la contaminación lumínica del ambiente la desdibuja mucho; muchas estrellas quedan eclipsadas por la luz de las farolas. Todo el cielo adquiere unas tonalidades anaranjadas disparando con un balance de blancos neutro, y la parte más baja del horizonte queda blanquecina por las luces de la ciudad.
Ahora hemos disparado la misma fotografía pero con el filtro anti-contaminación lumínica.
Lo primero que notamos es un gran cambio en las tonalidades de la fotografía. Pese a estar disparando al mismo balance de blancos, un balance neutro de 5000K, la fotografía adquiere unos tonos más naturales y bonitos, eliminando así esos colores amarillentos de la contaminación lumínica.
En segundo lugar, notamos que la exposición de la toma ha bajado un poco, no solo por el cambio en la temperatura de color de la fotografía. Aunque realmente donde más se nota este cambio es en las luces visibles en la fotografía. Se reduce mucho la intensidad de las luces de las farolas y del resplandor o glow que provocan.
También advertimos un ligero viñeteo en las esquinas de la fotografía pero nada problemático, gracias a que estamos usando un filtro nano, es decir, especialmente delgado para reducir al máximo los problemas de viñeteo en grandes angulares.
La verdad es que los contornos de la vía láctea se ven mucho mejor en la fotografía hecha con el filtro pero… ¿es una percepción real o es solo por el cambio de las tonalidades de la foto? Y otra pregunta clave: ¿hemos conseguido realmente reducir la contaminación o esos cambios se podrían conseguir igualmente revelando el RAW de la captura para conseguir esas mismas tonalidades?
¡Vamos a verlo!
Paso Final: Editando las Fotografías
En primer lugar he intentado igualar las tonalidades de ambas fotografías en Lightroom. Una opción que me encanta de Lightroom es que, además de hacer la típica comparativa de «antes y después» de la misma foto, también nos permite hacer otro tipo de comparativa: agregar una foto de referencia en el «antes». Así que eso he hecho: he agregado como referencia la fotografía con el filtro (izquierda) y he tratado de igualar lo máximo posible las tonalidades de la fotografía sin el filtro (derecha).
Si nos fijamos bien en las tonalidades de la vía láctea, podemos observar que aunque tratemos de igualar los colores de ambas fotografías, las nebulosas de la vía láctea se alcanzan a ver algo mejor en la fotografía con el filtro. El filtro nos ha hecho ganar algo de detalle y, aunque no es mucho, sí es algo muy importante que destacar.
Porque esta es la fotografía de partida, no lleva ningún tipo de procesado, así que partir de una fotografía base mejor siempre nos ayudará a obtener mejores resultados.
Desde el propio Lightroom he realizado una edición algo más agresiva, igual en ambas fotografías, para conseguir marcar más la vía láctea. Si nos fijamos en el detalle de la vía láctea seguimos observando que en la fotografía con filtro se gana algo más de detalle en la vía, sobre todo en el contraste que obtenemos entre sus zonas más oscuras y sus zonas más luminosas.
Finalmente me he llevado ambas fotografías a Photoshop para darles un procesado todavía más agresivo, usando máscaras de luminosidad. Sin duda esta es mi técnica favorita para sacarle el máximo detalle a la vía láctea. Agregando exactamente la misma capa de ajuste de Curvas a ambas fotografías, conseguimos los siguientes resultados.
Las fotografías son bastante similares, aunque es cierto que la fotografía con filtro tiene un poco mejor contraste en las formas de la vía láctea, y también unas tonalidades más atractivas en las zonas afectadas por la contaminación lumínica.
Conclusiones Finales
Después de haber puesto a prueba este filtro me gustaría recopilar mis impresiones sobre él en esta reflexión final:
- Obviamente este tipo de filtros no son filtros mágicos que puedan eliminar la contaminación lumínica de un plumazo, así que aunque contemos con uno deberemos alejarnos de las grandes ciudades igualmente.
- No van a eliminar la contaminación lumínica pero sí nos van a ayudar a mejorar los colores de la toma para contrarrestar este amarillo tan feo de las luces urbanas. Esto nos ayudará a captar mejor el cielo, por lo que podremos captar más detalles de la vía láctea y sus tonalidades.
- Van a ayudarnos a reducir un poco ese resplandor que emiten las farolas, con lo que nos permitirán obtener algo más de detalle en las zonas afectadas por ese efecto glow.
- Pese a que con edición podemos mejorar mucho los tonos de la fotografía y disimular los colores amarillentos de la contaminación lumínica, no alcanzaremos a igualar los resultados del filtro, ya que estaremos modificando los tonos de toda la foto en general, y en cambio el filtro está absorbiendo parte de esa luz amarilla.
- A la hora de una edición más agresiva, al partir de unas tonalidades algo mejores en la fotografía realizada con el filtro (sobre todo en las nebulosas de la vía láctea) vamos a poder sacar un mejor detalle del cielo. Aun así la diferencia tampoco es enorme, pero algo sí se nota.
Así que finalmente puedo decir con total convicción que los filtros anti contaminación lumínica SÍ hacen algo. No confiaba mucho en ello, si os soy sincera, pero lo cierto es que ponerlos a prueba me ha demostrado que sí nos pueden ayudar a captar mejor el cielo nocturno. Y sobre todo para la gente a la que no le gusta mucho editar las fotografías o que está en contra de la edición y prefiere conseguir sus fotos «directas de cámara», sin duda sí va a ser un accesorio imprescindible.
Porque es cierto que con la edición podemos mejorar mucho la foto y, aunque no logremos igualar los resultados del filtro, sí conseguiremos resultados similares. Pero desde luego si no quieres editar tus fotos o si prefieres dedicarle a tus fotos el menor tiempo de procesado posible, un filtro anti contaminación lumínica será un accesorio perfecto en tu equipo fotográfico nocturno habitual. ¿Te animas a hacerte con uno?